10+1 Razones para implantar el Compliance
Ya hemos visto en un artículo anterior que la principal ventaja del Compliance es la reducción o incluso la eliminación de la responsabilidad legal y penal de las empresas y, por extensión, la responsabilidad de los miembros de los órganos de gobierno de las sociedades.
Y hemos visto también como en pocos años su nivel de implantación en las grandes corporaciones ha pasado de testimonial a mayoritario.
Sin embargo, la pyme es aún reticente a su implantación y en numerosas ocasiones nos encontramos con comentarios de empresarios del estilo “Otro invento para sacar dinero a las empresas”, “Primero fueron las auditorías, luego las ISO, luego la Prevención de Riesgos Laborales y ahora esto…”, “No saben como extrujarnos más…”
Y no cabe duda de que la década de crisis que llevamos y las perspectivas económicas que se barajan contribuyen a que este punto de vista simplista sea el preponderante. No obstante, entendemos que existe otro punto de vista desde el que se puede enfocar la valoración del compliance.
Pero junto a esta razón de fondo, hay otras ventajas muy concretas que aporta la adopción de políticas de cumplimiento en las pymes… Son las siguientes:
- Disminución del coste de los seguros contratados, lo que resulta de especial trascendencia en empresas de sectores como los servicios públicos, los Colegios, Universidades y entidades deportivas, el transporte, la industria, ingeniería o la minería.
- Aumento de la valoración de la compañía en procesos de compra-venta: la existencia del compliance facilita los análisis y due dilligence que debe llevar a cabo el comprador así como la operación de “llegada”, allanando el camino en la integración de procesos e implantación de estándares comunes. Además, reduce la posibilidad de aparición de pasivos ocultos en el futuro.
- Supone una ventaja competitiva de cara a optar a licitaciones públicas, participar en consorcios y proyectos europeos o pasar a ser proveedor de compañías multinacionales o grandes grupos empresariales.
- Contribuye a la mejora del clima laboral: fideliza a los trabajadores y es aplaudida por los sindicatos en la medida que supone transparencia en las reglas del juego. Reduce la posibilidad de que existan o se produzcan situaciones de mobbing, discriminaciones por sexo o raza, abusos de poder, etc.
- Facilita la “coopetición” (alianzas con competidores) puesto que el compliance vela por los secretos comerciales y demás información estratégica de la empresa.
- Potencia la retención y captación de talento, especialmente en el caso de directivos y perfiles de alto nivel, ya que suelen estar acostumbrados a trabajar bajo estos parámetros.
- Facilita la detección de malas praxis de directivos y empleados, reduciendo el riesgo del fraude interno, generando así un efecto disuasorio.
- Genera confianza en la propiedad, empleados, inversionistas, clientes y otros socios comerciales frente a la gestión de los equipos directivos y consejos de administración. En el caso de las Empresas Familiares, fortalece la confianza entre familiares trabajadores y no trabajadores así como entre las distintas ramas familiares.
- Refuerza y potencia los resultados de los sistemas de control y procedimientos ya existentes (calidad, appcc y seguridad alimentaria, auditorías contables y fiscales, etc) integrándolos bajo una perspectiva global dentro de la compañía.
- Mejora de la reputación e imagen de la organización. Logra organizaciones más comprometidas, éticas y transparentes que contribuyen a la igualdad y justicia social.
- Actúa como eximente o atenuante de responsabilidad penal de la sociedad.
En resumen, a medida que las organizaciones van adquiriendo un determinado tamaño, la “desorganización” no es una opción. No invertir en organización puede ser eficiente desde una óptica coste/beneficio en organizaciones de reducido tamaño. En estas, los mecanismos informales para conseguir los objetivos del grupo son menos costosos y, a menudo, más eficaces. Pero a medida que se adquiere dimensión en la organización resulta imprescindible la formalización del “debido control” a través de lo que se conocen como programas de Cumplimiento Normativo o Compliance.