Protocolo familiar


Tanto el enfoque teórico como la praxis aplicada por parte de los especialistas se ha centrado fundamentalmente en el Protocolo como solución a los procesos de Sucesión en la Empresa Familiar (de hecho, España es el país del mundo donde más se trabaja con esta figura, con una media de implantación respecto a otros instrumentos muy por encima de, por ejemplo, los países anglosajones).

Sin embargo, desde Azento Consulting entendemos el Protocolo Familiar como una herramienta más dentro de la “caja de herramientas” a utilizar cuando queremos llevar a cabo con éxito el proceso de Continuidad de la Empresa Familiar. El Protocolo Familiar debe ser un medio y no un fin en sí mismo como en ocasiones ha llegado a ocurrir. El Protocolo Familiar no es un mero documento, sino que es un proceso que culmina con la redacción y firma de un acuerdo marco en el que se recoge el código de conducta que regule las relaciones básicas entre la Familia Empresaria y la Empresa Familiar Empresa.

Los Protocolos Familiares de Azento Consulting no son documentos estándar sino que, puesto que son la culminación de un proceso, son documentos jurídicos concebidos a la medida de la idiosincrasia y características únicas de cada Familia Empresaria. Y así deben serlo en la medida en que se recogen los acuerdos básicos respecto a temas de una enorme trascendencia no sólo económica y jurídica sino, sobre todo, emocional. Los Protocolos Familiares deben ser el resultado de afrontar conversaciones difíciles y sinceras.

Entre esos temas se deben recoger, entre otros:
  • El relevo generacional: tanto en la figura del sucesor como en la del resto de personas que acabarán cubriendo otros puestos de relevancia dentro del organigrama de la empresa como directivos, consejeros, etc.
  • La jubilación del fundador o de los actuales directivos-empresarios: entendida no sólo como jubilación de sino también como jubilación hacia, es decir, ¿Qué otras responsabilidades y retos voy a tener dentro y fuera de la empresa familiar una vez me jubile?
  • El liderazgo: tanto dentro de la Empresa Familiar como en la Familia Empresaria ya que este no necesariamente tiene que coincidir.
  • La forma de acceso de los familiares a puestos de trabajo y puestos de gobierno y la salida de estos familiares: condiciones económicas, requisitos de formación y experiencia, circunstancias en las que estas situaciones se puedan producir, políticas de promoción interna, etc.
  • Normas de retribución: tanto a los familiares-trabajadores (vía sueldos y salarios) como a los familiares y accionistas “no trabajadores” (vía dividendo) o los préstamos.
  • La transmisión de la propiedad (restricciones, derechos preferentes, valoración de las participaciones o acciones, etc.
  • La profesionalización de la Empresa Familiar: no entendida en sentido restringido (de personas) sino en sentido amplio (de procesos, estructuras y procedimientos).
  • La Institucionalización de los Órganos de Gobierno: en ambos sistemas, en la Familia Empresaria y en la Empresa Familiar.

Además, en último término, un Protocolo Familiar exitoso deberá ser un documento “vivo” que pueda evolucionar a medida que la Familia Empresaria avanza dentro de su ciclo de vida y adquiere mayor complejidad y que sirva en todo momento para generar confianza, alinear objetivos y valores entre las diferentes generaciones y conseguir la máxima cohesión y armonía en el seno de la familia.

Por todo ello, el Protocolo Familiar necesita una correcta estructuración jurídica en cuestiones civiles, mercantiles, fiscales y familiares. Necesita que se ponga en marcha en las mejores condiciones y en el momento oportuno (ya sea por la voluntad de establecer un acuerdo o por la necesidad de solucionar una crisis).

Y necesita que sea fruto de la reflexión, el diálogo y el consenso dentro de la Familia Empresaria y, por tanto, es un proceso que se extiende en el tiempo.

Azento Consulting es el experto facilitador y asesor externo que ayuda a poner en marcha el proceso y acompaña en el desarrollo e implantación del mismo.