Las características de ambos son totalmente dispares.
El primero es emocional, tiene por función el desarrollo de la persona (físico, intelectual, emocional y social), la pertenencia viene dada por el mero hecho de nacer, su funcionamiento es informal, busca la seguridad y se rige por criterios de igualdad.
Por el contrario, el ecosistema empresarial es racional, tiene por función la producción de bienes y servicios, la pertenencia hay que ganársela, su funcionamiento es formal, debe buscar la innovación y el cambio y se rige por los principios del mérito y el rendimiento.
Desde Azento Consulting entendemos que la Empresa Familiar no es problemática ni conflictiva en sí misma. Simplemente tiene unas características específicas, las mencionadas anteriormente, que generan escenarios que deben ser abordados con recursos y técnicas apropiadas.
La metodología de Azento Consulting se diferencia de otras propuestas en que aborda los procesos de Continuidad de la Empresa Familiar (porque entendemos que está no debe centrarse solamente en el hito de la “Sucesión”) aportando una dilatada experiencia en este campo (tanto por nuestros proyectos de consultoría como por la pertenecías a Empresas Familiares) con un enfoque multidisciplinar en el que tienen cabida los puntos de vista jurídico y fiscal pero también psicológico y emocional.
La realidad nos dice que no existe tal cosa como el relevo generacional.
La sucesión es más un proceso de transición que un momento en el tiempo. De hecho, lo habitual es que dos (o incluso tres generaciones) convivan en el tiempo durante períodos de más de 10 años.